Las transacciones de tierras de gran escala por parte de inversionistas extranjeros en los países en desarrollo –también conocidas como “acaparamiento de tierras”—han generado considerable atención; sin embargo, se ha prestado poca atención a la dimensión de género de estas transacciones. Una perspectiva de género es crítica para realmente entender el impacto de las transacciones de tierras. Las mujeres y los hombres tienen roles sociales, derechos y oportunidades diferentes, y serán afectados de manera diferenciada por los cambios en los regímenes de tenencia asociados con las transacciones de tierras de gran escala. El razonamiento para prestar atención a los temas de género en agricultura deriva de un conjunto amplio de evidencia que demuestra las muchas maneras en que las mujeres son esenciales para las mejoras en la productividad agrícola familiar, la seguridad alimentaria y la nutrición. La evidencia indica que, en muchas partes del mundo, hombres y mujeres utilizan los recursos de manera diferente: es más probable que las mujeres gasten los ingresos que controlan en alimentos, atención de salud y educación de sus hijos. El trabajo empírico también muestra que aumentar los recursos controlados por las mujeres promoverá una mayor productividad agrícola. Las inversiones que se promueven en nombre del “desarrollo rural”, por lo tanto, no alcanzarán su objetivo si es que no atienden las necesidades de las mujeres así como de los hombres.
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